13 ene 2014

Tranquilo muy Tranquilo .-




Fantástica Ilustración de Maria Callizo Monge

Tranquilo muy Tranquilo parecía que andaba siempre como dormido, porque no le afectaba en nada la prisa de los demás. -No me puedo acelerar,- se decía, - porque hay muchas cosas que ver y si voy rápido, seguro no podré de la vida todo su jugo extraer.

Tranquilo muy Tranquilo no quería nada más, que pasar las tardes mirando las olas del Mar a la orilla llegar y pasear tranquilo sin chocarse, ni tropezarse, con quien de la vida no quisiera más que disfrutar y disfrutarse.

Pobre Tranquilo muy Tranquilo, no quería saber, con todo lo que sabía, que las prisas sacuden siempre todas nuestras vidas.

Tranquila muy Tranquila pasaba los días en sí misma metida, pero nunca se aburría porque tenía una gran, enorme y bella fantasía. A Tranquila muy Tranquila, lo que mas le apetecía, era entrar en una burbuja y ver el mundo desde arriba. Flotando como un pájaro, alejado de todo pero todo observando. Así nada de lo malo me afectará y tranquila muy tranquila siempre podré estar, se decía, mientras bajo sus sábanas se quedaba dormida.

Un largo corto día, un día de esos en los que te levantas demasiado rápido de la cama y te desperezas luego a lo largo de la mañana. Un día de esos que amenaza con ser eterno y aburrido y termina antes de darse uno un respiro. Tranquilo muy Tranquilo bajó a la playa como cada tarde, para ver el Mar y meditar un buen buen rato sobre lo ocurrido en su día largo.

Era una tarde silenciosa, ya que en invierno la gente que pasea por la playa no dice gran cosa y Tranquilo muy Tranquilo observaba el Mar pensando lo bella que era la espuma cuando llegaba el agua a chocarse contra las rocas y en su cara caían miles de diminutas gotas.

Era una tarde tan silenciosa, que hasta a Tranquila muy Tranquila el sonido del agua le pareció buena cosa, así que saltó de su burbuja y bajó a dar un corto paseo por la playa para observar ella también lo que por allí pasaba.

Llegó Tranquilo muy Tranquilo al final del espigón más lejano que encontró y allí se sentó, justo entonces observó un poco apartada, a Tranquila muy Tranquila, quien también miraba las olas llegar con cara calmada.

No se dijeron nada. 
Tan solo estuvieron allí en silencio. 
Muy cerca pero Muy lejos y así pasaron la tarde tranquilos muy tranquilos, un largo corto día.

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