30 oct 2019

Cutting branches for a Temporary Shelter - Penguin Cafe Orchestra .-

Plumas en los pies .-


Joyita cedida por Mr. Graffito.


Es el grande quien tiene que proteger al pequeño y ayudarle en todo lo posible para que consiga ser lo que desee. En ese sentido, sí: el tamaño es importante.

Había una vez una pequeña coleóptera que soñaba con volar muy alto. Le encantaba la idea de ver el bosque donde vivía, poder mirar ríos, valles y montes, desde mucho más arriba de lo que sus pequeñas alas le permitían.

"Si tuviera plumas en los pies, sobrevolaría el mundo una y otra y otra vez"—se decía—."Quiero sentir el viento fuerte sobre mí, llegar a las nubes en un día gris, ver qué hay dentro, cruzarlas debe de ser como estar en una ducha en movimiento"—soñaba—."Si no fuera tan pequeña, si tuviera alas más fuertes, lo conseguiría"—pensaba.

¡Quiero volar, quiero volar! ¡Quiero volar hacia el cielo y más allá!—gritaba.

Cuando eres pequeño, parece que por mucho que pidas, nadie te va a escuchar. Pero en este lugar, todos sus animales eran seres muy especiales, pues se preocupaban de los demás. 

—Puedes subirte sobre mí—dijo un pájaro que pasaba por ahí—Eso sí, agárrate bien fuerte, pues eres muy pequeña para soportar según qué cosas y el aire allí arriba sopla con creces.

Si vives en un lugar donde sabes que te escuchan los demás, tu confianza es absoluta. Así que, sin pensarlo un momento, nuestra protagonista se posó sobre la cabeza de nuestro nuevo amigo, y juntos emprendieron el vuelo.

¡Más alto, más alto!—sugería la pequeña, emocionada al ver al fin: ríos, valles y montes. Mucho más bellos y mucho más grandes de lo que había soñado.

—Más alto pues—concedió el gran alado.

Y subieron y subieron, pero como el día estaba despejado,  nubes no vieron.

Pasaron un largo rato planeando, ella agarrada a la cabeza de él con fuerza, pero si algo anhelaba de verdad nuestra heroína, era volar sola. Así que, aprovechando una ráfaga, se soltó de la cabeza, y emprendió libre el vuelo.

Bueno... en realidad, empezó a caer y caer, pero ella sentía que volaba, pues en las corrientes encontraba algo de guía para ir donde le apetecía. 

Al menos, eso creía. 

Mientras, sí: para su amigo, caía y caía. 

—¿Pero qué estás haciendo sin mí?—le increpó preocupado el alado.—¿Cómo te tiras así?

Y emprendió vuelo en picado.

—Puedo volar, confía en mí. Puedo volar sola, ¿no lo ves?

—Eso es lo que tú te crees.

Hay que tener en cuenta, que las cosas se ven de distinta manera, según nuestra propia experiencia. Así que, por mucho que la pequeña voladora insistía en que nada le pasaría, nuestro amigo el pajarote sabía bien, que al caer, alguna cosa te puedes romper.

Suerte que los coleópteros no tienen huesos, porque efectivamente el trompazo fue épico.

Épico, porque por primera vez una mariquita caía al suelo desde una altura de más de mil metros.

Épico, porque caía en vuelo libre, por primera vez un coleóptero desde tan alto.

Épico, porque el aterrizaje se produjo milagrosamente sobre una bala de heno no muy bien prensada.

Y épico sobre todo, por las carcajadas que se dieron tanto el pájaro, que casi se rompe un ala, como la mariquita, que no se rompió nada, salvo, de tenerlo, el diafragma, pues sus carcajadas no se frenaban. Igual que no frenó en la bajada.

—Jajajajajajajajajajajajaja. ¡Ha sido genial! ¡Genial! —celebraba nuestra heroína.

—Jajajajajajaja. Menudo susto, menos mal—reía nervioso su amigo, que aún no asumía del todo lo que acababa de ver.

—¿Probamos otra vez?

—Por supuesto—dijo el alado, quien entendió ese día, más que nunca en su interior, la importancia y relevancia de la palabra valor.

Ese fue el primer día. Luego hubo muchos más.

Como podréis imaginar, a una simbiosis así no se puede renunciar.

Y sí, pasaron por las nubes, y.... bueno...tienes que probarlo.


22 oct 2019

Ought - Beautiful Blue Sky .-

Precipitar una situación .-


Precipitar una situación. Coger una situación cualquiera, depositarla en una probeta y quedarse con la esencia.
Un perfume muy fuerte y rancio de olor insoportable.

Confiar en los medios. Medio como mitad. Creerte como verdad absoluta lo que te cuentan parcialmente. Siempre desde el mismo lado.
Eso limita mucho la visión de tu otro ojo.

Quemar la basura del pueblo para limpiar la mierda de los estamentos.
Bueno, cosas menos eficaces llevamos haciendo desde hace mucho tiempo.

Hacerse a la idea. Comprimir mucho tu cuerpo y tu mente, transformarte hasta lo inmaterial, llegar a ser intangible.
Al fin y al cabo, las ideas siempre sobreviven.

Tomar las riendas de tu vida. Domarla, amordazarla y decirle por dónde te tiene que llevar.
Hacer de tu vida una mula de carga para...¿qué exactamente?
Un poco feo eso.
Creo yo.

En todo caso, la vida cuenta tanto contigo como con los demás.
Este barco es de todas.
No lo olvides.

15 oct 2019

Velvet Underground - Venus in Furs .-

El hombre esperma .-


Ese precoz homínido que, subido a una moto, puede llegar a alcanzar la velocidad y destreza de un jaguar. Sin la moto no, claro, sin la moto vale más bien poco como especie en general. 

Pero en la moto...Bueno, bueno. 
Ya te digo, un jaguar. 

Aunque él querría ser León, porque tiene muy inculcado en su ser el tema ese de la supervivencia de las especies según Darwin, y por lo que sea, es incapaz de colocarse en un semáforo detrás de quien le toca, no, se tiene que poner delante de todo el mundo. Así, al abrirse el semáforo, él empieza la carrera hacia el siguiente semáforo, en el que tiene, claro está, que ser el primero otra vez.

Algo así como un fecundador de semáforos. Rojo, verde, rojo, verde, frenada, acelerada máxima, rojo, frenada, verde, acelera, frena, acelera...Muy cansino todo.

En autopista, los fecundadores van, como se suele decir: "comiendo culos". Conocen todas las matrículas de todos los automóviles que han tenido delante durante su vida circulando. Las han visto todas, acordarse no se acuerdan de ninguna. Igual que no se acuerdan, de que en este mundo hay más personas, ni de que se intentó ordenar el tráfico, para que hubiera una cierta y fácil convivencia entre ellas.

Deben de tener, estos seres, complejo de hijo único, porque les molesta mucho que alguien espere para girar en una calle, o pare un momento, en un lugar estrecho, para dejar que baje un anciano junto a su portal.

Tener delante a un taxi les pone realmente nerviosos, muy nerviosos. Son capaces de subirse a aceras mucho más altas que ellos, como el taxi les impida el paso durante más de cinco o seis segundos. Un drama para el esperma.

En general, no llevan muy bien eso de compartir el espacio, y menos los carriles, con los demás vehículos. Y ni qué decir tiene compartir espacio con los peatones, esa cosa que se mueve cuando frenan, si es que frenan en un paso de peatones.

No creo que se haya dado el caso de que un fecundador haya visto alguna vez a un peatón. Seguro que no saben qué es un peatón.

No les da tiempo a ver nada, porque ellos van muy rápido. En todo. 

Tienen prisa para todo, lo resuelven todo muy rápido.

En fin, ya sabes a qué me refiero.

El hombre esperma.

Ese hombre.

8 oct 2019

Yo La Tengo - I'll Be Around .-

Situada entre el tórax y la cadera.-


Llegadas a este punto confieso:

Pájaros revolotean entre mis dedos cuando apareces,

tirando de mí para prenderte.

Con afecto, con firmeza.

Como dos recién nacidos.

Y además informo:

Quiero ser nido a tu lado.

Quiero ser viento contigo.

Tórtola te quiero.

¡Volemos!

3 oct 2019

ICON - Siouxsie and the Banshees.-

Si pararan las máquinas.-


Ayer salí al balcón de casa para ver la puesta de Sol.

No suelo salir, porque a esas horas hay demasiado tráfico en la calle.

Un goteo constante de camión, coche, moto, coche, camión, moto, moto, camión.

No entiendo por qué hay tanto camión en la ciudad.

Si pararan las máquinas,
lograría escuchar completa la pieza de piano que tocan en la escuela de enfrente.

Si pararan las maquinas, la música inundaría la calle.

¿Quién sabe? tal vez, si se pararan las maquinas,
las personas que se cruzan en su vuelta a casa,
saludarían a las personas con las que se cruzan en su vuelta a casa.

Tal vez, si se pararan las máquinas,
y al volver a casa sonara la música de un piano lento,
las personas de este lugar tan vacío de afectos,
empezarían a comportarse como personas en el mundo
y se saludarían al cruzarse por la calle.

Buenas tardes. Buenas tardes.

Que vaya bien.

Bona tarda. Bona tarda.

Que vagi bé.

Tal vez,
todo sería mejor
si pararan las máquinas.