7 nov 2013

Solito muy Solito .-



Solito muy Solito era un chiquillo con la capacidad de amar en modo infinito. Pasaba el día ocupado en los demás y lo que mas le gustaba era escuchar de un ser querido una buena carcajada.

A Solito muy Solito no se le daban sin embargo nada bien: ni las reuniones grandes, ni las quedadas en balde. Y por eso a Solito muy Solito le pasaba lo que le pasaba...que muchos días solito en casa se quedaba.

Sabía Solito muy Solito que su tiempo era finito y prefería gastarlo en buenos momentos tranquilos con los amigos, a perderlo en un sin sentido de ruido y charlas entre sordos y desconocidos.

Solito muy Solito no llevaba demasiado mal eso de mucho tiempo solo en casa pasar, lo que pasaba a veces, es que cuando el frío aparecía Solito muy Solito se entristecía, pues el frío se lleva mal cuando no sabes bien a quien abrazar.

Solita muy Solita era una niña bien pequeñita y muy sonriente, que miraba la vida siempre de frente y pasaba los días divinamente en su pequeña casa ordenada, tranquila, limpia y reluciente.

Solita muy Solita no echaba de menos nada, pues a nada se apegaba. Pues sabía bien Solita muy Solita que la vida es finita y no es bueno encariñarse con nada pues todo todo siempre siempre se acaba.

Solita muy Solita no llevaba nada mal pasar mucho tiempo sola sin nadie a quien llamar, lo que pasaba a veces, es que cuando llegaba el frío a Solita muy Solita le invadía un extraño vacío, pues el frío se lleva mal cuando sientes que no tienes a quien abrazar.

Un Gran Gran día, uno de esos días en los que desde por la mañana todo sale redondo, uno de esos días en los que el zumo de naranja del desayuno es perfecto, encuentras el libro que buscabas descatalogado desde hace tiempo y además pasas el día sonriendo, Solito muy Solito como cada tarde se acercó al mercado a hacer unos cuantos recados.

Solita muy Solita que había empezado el día de forma divina caminaba un poco distraída por el pasillo de la frutería.

Solito muy Solito a quien le pesaba mucho su carrito se paró en medio del pasillo a su vez, pues se le había enredado su bufanda entre las ruedas del carrito y sus pies.

Y fue entonces que chocó Solita muy Solita con Solito muy Solito y como habían tenido un Gran Gran día los dos y como los dos sabían cómo son las cosas y que no se puede uno estropear un Gran Gran día por cualquier tonta cosa, rieron juntos por su torpeza y su encontronazo así celebraron.

- Perdón .- dijo Solita muy Solita mientras le agarraba la manita a Solito muy Solito.

- No pasa nada, me enredé yo antes con mis propios pies.- respondió Solito muy Solito mientras sonreía a su vez.

Y así fue que se conocieron un Gran Gran día Solita muy Solita y Solito muy Solito y desde entonces siempre rieron y nunca mas frío tuvieron.

2 comentarios:

Bibi dijo...

Ojala tengas pluma de profeta amiga!
;-D

Luisa Martina Fernández Chavero dijo...

Es cuestión de fé...>;D