29 nov 2013

Confiado muy Confiado .-



Confiado Muy Confiado, era un niño muy afortunado, a quien todo le iba bien, porque nada muy triste en su vida le había pasado, por eso era confiado, muy confiado.

A Confiado Muy Confiado, le gustaba pasar horas bajo el agua, buceando sin cesar, a veces incluso, se olvidaba de respirar, pero ahogar no se ahogaba, porque cuando el aire terminaba, él emergía, y más aire cogía.

Confiado Muy Confiado, no quería nada más, que disfrutar de las cosas buenas y simples de la vida: como un paseo en primavera, o una cena bien buena. Lo demás, no le interesaba, de lo demás, pasaba.

Confiada Muy Confiada, era una niña muy amada, a quienes todos adoraban y alababan, pues todo lo que hacía el mundo, de belleza lo llenaba, sin embargo había algo, que Confiada Muy Confiada no terminaba de disfrutar, y era nadar.

Un día feliz, uno de esos días en los que te despiertas con una sonrisa, recordando el último sueño absurdo, un día de esos, en los que disfrutas de la música desde por la mañana, y todo está tranquilo,  en calma. Confiado Muy Confiado, fue a nadar como solía, al lago que cerca de su casa había. Pues hacía ese día mucho calor, y un baño le parecía en ese momento, a Confiado Muy Confiado, lo mejor.

Estaba Confiado Muy Confiado buceando, haciendo piruetas cuando, al sacar la cabeza vio a Confiada Muy Confiada, totalmente acalorada, con los pies dentro del agua.

- ¿Por qué no te metes y nadas?- preguntó Confiado Muy Confiado a Confiada Muy Confiada.

- Es que no sé nadar muy bien, y me podría en el agua perder.- respondió Confiada Muy Confiada.

- Pero si esto es un lago, aquí nunca pasa nada inesperado. Venga ven, yo te vigilo, mientras disfrutas un poco, date un respiro. – invitó Confiado Muy Confiado, al tiempo que acercaba su mano, a Confiada Muy Confiada, que como era confiada, en el agua se metió. Y gracias a Confiado Muy Confiado, de un gran baño disfrutó.


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