26 nov 2013

En Un Mundo Paralelo Feliz ( Tranco 7 ) .-



Ilsa, Ilsa Lund con su belleza sueca impresionante a pesar de ser francesa y su corazón dividido entre su amor adolescente de verano Rick Blaine y el hombre con quien comparte ahora su vida Victor Laszlo. Toma como excusa la huida de este último para refugiarse en la ciudad de Casablanca mientras les consiguen unos visados para poder ir a matar nazis libremente. Cosa que a Ilsa le encanta de toda la vida.

Rick Blaine por su parte, con su carita lánguida y desnutrida tras muchos años intentando encontrar una cultura donde poder expresarse libremente como la chica que sentía por dentro. Termina finalmente en Marruecos montando un local de ambiente con un pianista negro, el único pianista negro de todo África, que además toca Jazz la mar de bien y no es gay, lo que te hace irremediablemente preguntarte: ¿Qué diantres se le habrá perdido aquí a este músico si encima es bueno que te cagas?.

Cuando Ilsa llega a Casablanca y encuentra el local de su idealizado amor, descubre la verdadera naturaleza de su Ricky y flipa un poco en colores, sobre todo por el tema del músico negro norte americano, que si fuera africano pues dices: Igual el chico tiene afición por la música y se le da de perlas el Jazz pero ¿para qué narices ha venido aquí si es de Nueva Orleans?.

Rick le explica a Ilsa que él la quiso muchísimo y no es que cambiara de orientación sexual tras estar con ella pero es que tardó en aceptarse y una vez lo hizo prefirió poner tierra de por medio para no herirla demasiado. Y que si todo el mundo venía a su local no era sólo por el ambiente sino que se dedicaba al tráfico de armas, drogas y además le conseguiría los pases para matar nazis para compensar el desengaño.

Ilsa y Rick se despiden super amigos en el aeropuerto una noche de mucha niebla que no se sabe bien por qué sucede. Ilsa confundida aún por la presencia de Sam, el pianista de Jazz, no puede subir al avión sin preguntarle a Rick qué hace ese músico en su bar, que si le contrató él o si vino por su cuenta o qué. Rick se acerca a Ilsa suavemente y le susurra al oido: ¿Te acuerdas de aquello de Siempre nos quedará París? A lo que Ilsa asiente. Pues era la contraseña que utilizaba para mi dealer. Y le hace un guiño. Un guiño que casi no aprecia la sueca parisina porque para ser morena es bastante rubia en todo lo que hace, total que se sube al avión a matar nazis que eso se le daba muy bien.

Rick al dejar el aeropuerto se encuentra con que el capitán Louis Renault había estado observándoles todo el rato. Un tanto acojonado se le acerca para ver qué honda y el capitán le dice: Simplemente quería ver si realmente sentías aún algo por ella. A lo que Rick respondió: Louis, creo que este es el comienzo de una bella amistad. Y se dan un beso, uno de esos largos como si fuera la última vez. Pero no les ve nadie...porque hay mucha niebla.

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