No sé por qué un buen día se nos olvida lo pequeños que somos y queremos abarcar el mundo olvidando la hechura de nuestro cuerpo. Nos enfrentarnos a gigantes que no compiten con nosotros, nos pasamos el día cogiendo puñados de cosas que no nos interesan.
Y yo que voy volando por segundos, yo que quiero no pararme aquí más que lo estrictamente necesario de repente te veo y me petrifico en un estado de paz absoluta.
Entonces tu con esa manita me agarras más fuerte de lo que ninguna mano me podría agarrar jamás y me bajas al suelo y paseas conmigo y me enseñas las cosas que ya no veía, porque ya no podía verlas, porque había olvidado que existían y lo importantes que son para todos.
Y yo que voy volando por segundos, yo que quiero no pararme aquí más que lo estrictamente necesario de repente te veo y me petrifico en un estado de paz absoluta.
Entonces tu con esa manita me agarras más fuerte de lo que ninguna mano me podría agarrar jamás y me bajas al suelo y paseas conmigo y me enseñas las cosas que ya no veía, porque ya no podía verlas, porque había olvidado que existían y lo importantes que son para todos.
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