4 ene 2015

Lo Eterno .-



Tenía unas cejas finísimas, casi inexistentes...
Lo inundaban todo....
Perfilaban todo su rostro
y era Bellísimo.

(-Ah, pensaba que ibas a hablar de Ella. -Shhhh eso hago).

Tenía unos ojos diminutos, pequeños, oscuros, intensos, casi imperceptibles....
Lo inundaban todo...
Daban luz a todo su rostro
y era Bellísimo.

( -Entonces es Ella. -Es, es ella, escucha).

Tenía unas orejas pequeñItas, perfectamente armonizadas con su rostro,
que lo inundaba todo
y era Bellísimo.

(-Sí, no me había fijado. Entonces ¿es Ella?.- Shhhhh escucha).

Tenía unos labios delgadísimos, finos, dulces, casi imperceptibles, apenas dos líneas en su rostro...
Que lo inundaba todo
y era Bellísimo.

(-¿Ella?. -Siempre es ella).

Tenía una sonrisa muy pequeña y muy, muy tímida, que le daba una dulzura conmovedora a su rostro,
que era Bellísimo
y lo inundaba todo.

(-Ella claro Ella. - Siempre es Ella).

Tenía una nariz imperceptible, apenas resaltaba en su rostro,
que era Bellísimo
y lo inundaba todo.
TODO.

(-Pero Ella?. - No estás atendiendo. Escucha).

Tenía la más Bella de las expresiones, esos rasgos que hablan de la vida estaban reflejados en su rostro,
y era Bellísimo
y lo inundaba todo.

Porque lo contenía TODO.


(-Ella claro. -Ella siempre.)

(-Ahora sí lo he entendido.)

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