30 may 2012

La suerte llega rodada y luego... se la llevan .-



Estoy convencida de que iba a tener un accidente grave con la bicicleta, seguramente me iba a caer y romper el codo o algo así como difícil de arreglar.

Estoy segura de que si hubiese ido en bici se me habría escapado el amor de mi vida un día, pronto, me iba a cruzar con ella y como hubiera bajado volando por Paseo de San Juan no habría reparado en su existencia.

Estoy convencida de que me iban a poner una multa este verano volviendo de algún concierto con alguna cerveza de más mientras subía en bicicleta a casa. Seguro que se me hubiera fundido la luz y me hubiera tocado pagar 300 euros de multa o algo así, seguro.

Tengo la certeza de que me hubiera tropezado la semana que viene con una ancianita de esas que son difíciles de adelantar y que un perrito se me iba a cruzar en el camino y un chicle se me hubiera pegado a la rueda, de la rueda hubiera salido despedido al pelo y ahora que lo tengo medio bien me hubiera tocado raparme la cabeza...otra vez.

Estoy convencida de que me he librado de algo desastroso, algo terrible y malo que por suerte no me va a pasar ya porque de no ser así no le veo el sentido a haberme tirado dos días arreglando la bicicleta para que alguien se la llevara impunemente ayer por la noche.

4 comentarios:

alice dijo...

ohhhhhhhhhh! es cierto??

Luisa Martina Fernández Chavero dijo...

Es cierto sí... Increíble e irónicamente cierto.

alice dijo...

jolines :(, lo siento!

Anónimo dijo...

jooooooo
pero me encanta el relato