6 mar 2014

Labores de restauración .-




Señoras que van a la peluquería en vez de al psicoanalísta.

BCN interior noche 20hs - son las ocho pero es de noche y es un rollo .- Entra una "señorita" con una especie de Grifón Belga muy mono, como de exposición . Ella viste todo de marca, se ve que pasta tiene y malos modales también. Entra cual apisonadora en la pelu y se acerca a uno de los chicos con el siguiente terrorífico argumento:

- Necesito que me asesoréis porque lo mío con el pelo es un drama.

Pensamiento número UNO: Por las bolsas oscuras que me llevas bajo los ojos brillantosos, me da a mi, que tu vida entera te parece un drama, maja.

Pensamiento número DOS: Si en vez de gastarte un pastoquer en llevar a tu chucho como un pincel, aprendieras a mirarte al espejo y sonreírte por las mañanas, seguro descubrirías que tu pelo está bien así, tal y como lo tienes. Bueno, igual un corte no te vendría mal pero no me parece que sea un drama.

Como precisamente yo estaba en el momento entre tinte y corte, sigo escuchando a la gachí:

- Me da miedo lo de las mechas, porque se me verán muy pronto las canas.

Pensamiento número TRES: Pero vamos a ver tía. ¿Qué problema tienes? ¿Cómo puedes hablar de miedo a las mechas? ¿Cómo puede hablar alguien de MI E DO MIEDO a las mechas? Pero ¿ en qué mundo vive esta chica? ¿Tu sabes a cuánto estamos de Crimea?

Ya imagino que tendrás una vida muy cómoda como para tener miedo a semejante chorrada estética. Y si se te ven las canas es porque envejeces y porque además te debes pegar unos disgustos enormes, porque:

Oh dioses!! ¿Cómo puedo tener el pelo así? Mi vida se acaba.

Oh dios mío!!! Mi pelo es terrible y estoy aquí sola en el mundo con mi perro Grifón.

(A día y medio en coche de Crimea).

En fin, la conversación siguió y siguió, pero ahí sí que desconecté, porque mi tiempo de vida es demasiado corto como para emplearlo en semejantes chorradas y ya tenía material para escribir esto. 

Pero al rato vuelve a aparecer la sujeta impertinente en cuestión, ya para que le dieran cita, para unas mechas (wow qué atrevida y valiente!!) y un corte de pelo (muy bien). Y aquí viene el remate de su estructura vital. 

Atención!!

La chiquilla empieza diciendo que puede cambiar una reunión de trabajo para venir al día siguiente por la mañana.

El enfadadísimo, pero educado y santo peluquero le dice que para lo que se va a hacer no puede darle cita antes del Lunes.

Ella le dice que imposible el Lunes, porque tiene una comida por la tarde y le pone cara de ayúdame!!.

Pour quoi? Ma chérie. Por qué puedes cambiar una reunión de trabajo y no una comida ¿por qué?.

Porque lo quieres ya, lo quieres ahora y ahora nena, no puede ser.

Es dramático e injusto en tu cabeza, seguro. Es terrorífico y frustrante para con tu vida. Lo lamento muchísimo, seguro que el pequeño Grifón sabrá entenderte y consolarte.

Pero chica, no puedes llegar a las ocho de la tarde a una pelu a dar el coñazo y pretender que te arreglen la cabeza ( la cabeza, sí ). 

No nena, no, la cosa no va así.

El mundo está llenito de personas con problemas más graves, que no se preocupan de su dramático pelo y tienen un aspecto estupendo.

Háztelo mirar. Sonríe y respira. Un poquito. 

Y si con eso terminas teniendo en consideración a los demás, igual, hasta por maja, te dan cita para ese mismo momento.


2 comentarios:

bibi dijo...

Me he reido chiki, un monton. Que bien escrito, lo estaba viendo.

Luisa Martina Fernández Chavero dijo...

Yeah!!!

Eso es bueno. Muy bueno.

Besote amiga,

>;D