Llegados a este punto confieso:
Si me fijo en tus manos
estaré perdida.
Porque ahí
es donde me enamoro.
Así que tendré que recorrer primero con mis labios,
las muñecas que las sustentan.
Y además informo:
Una vez comience,
no podré evitar
rodearlas por mil besos.
Tendrás que avisarme
si es que quieres que pare.
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