Mi copa destila lágrimas de ron.
Caen.
Según tomo un trago las miro y
caen hacia el fondo de la copa otra vez
para que me las tome a tragos insaciables.
Otro sorbo y me las bebo todas
hasta que lleguen al fondo de mi.
Poco a poco.
Trago a trago.
Acabarán yéndose.
Lo sé.
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