Salí de mi corazón, volví a él, lo encontré todo
Eran las siete de la tarde y tú aún no existías.
Nebulosa apareciste sobre una tela en blanco.
Con cabeza de varón y cuerpo indefinido.
Empezó a sonar la música y a golpe de tierra empezaste a aparecer.
Con fuertes caderas.
Preciosas piernas perfectas para sostener el talle.
Y tu pecho cabeza de varón se convirtió en pecho pezón.
Y tus brazos se extendieron y a tu alrededor se creó un mundo entero.
Eso es la magia.
Eso es nacer.
Disfrutar cada día en cada movimiento.
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