5 mar 2018

La caricia .-


Todo suele empezar con un leve roce.

La tela de tu blusa junto a mi brazo armado y bajo la ropa la piel y el calor que irradian los cuerpos que se reconocen cuando se acercan.

Es entonces cuando lo sientes y sabes que acaba de pasar algo extraordinario.

Luego viene la mirada, el viaje interior y la palabra que lo relativiza todo...
después, otro día, quieres más.

Y comienza el juego. 

La provocación de una risa y quieres más.

Un guiño no definido que sale sin permiso ...
y así otro día, quieres más.

Después llegan los nombres, las cenas, las charlas inacabadas 
y sigues queriendo más.

Hasta que llega el deseo y el deseo lo cubre todo.

Con suerte nuestros cuerpos se cubrirán por el deseo y querremos todos los días un poco más.

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