5 may 2014

El Absoluto Nadie .-



Se despertó envuelta en una especie de manta fina de color azul.

- Azul, es el color que menos me gusta.- Se dijo. - ¿Quién ha puesto esto en mi cama?.- Se levantó extrañada, era su habitación, pero algo había cambiado.

- Ha tenido un accidente, ha sido un accidente, pero todo está bien.- le dijo la enfermera, al tiempo que se acercaba a ella para recostarla de nuevo.

- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde estoy? ¿Dónde?.- volvió a quedar inconsciente.

Se despertó en un mundo sin risas, nadie sonreía, las caras de esos nadies eran completamente inexpresivas, serias, frías. Todos los días. Todo el rato. Pasaba los días enfrentándose a caras vacías.

Y encima tenía que vetirse de azul.

- El azul no es mi color preferido. Creo que es este azul el que me deprime.- Se dijo, mientras caminaba inconsciente de lo que volvería a pasar.

Entonces fue que sufrió otro choque.

Se despertó en otro mundo, en otra cama, pero volvía a estar envuelta en una fina manta de color azul, un azul más tenue esta vez. Como desgastado, pero azul sin duda.

- No, el azul no es mi color preferido. Creo que el azul me deprime.

Se despertó en un mundo azul, con gente azul, que no sabía qué era la risa.

Era otro mundo sin risa, habitado de nadies que no sabían sonreír.

Una vez, una vez, otra.

Terminó por no querer dormir, por miedo a despertar en otro mundo azul, sin risas, habitado de nadies.

Dejó de dormir, por miedo a descubrir, que todos los mundos donde despertara serían azules.


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- Jo, tía, qué triste te ha quedao!!! Es completamente... Azul. Jajajaja
- Ya te digo. Sin una risa ni nada tronqui!! Juju.
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