En Un Mundo Paralelo Feliz ( Tranco 2 ) .-

Danny Zuko, hartito ya de fingir que está colado por la pusilánime y absurdita Sandy Olsson, confiesa, mientras está viendo la última de Rock Hudson en el autocine, que a él lo que más le va es un buen pelo pa-trás, que se pirra con la gomina porque le hace recordar su primer lubricante y que Sandy no le pone nada, que él lo que quería era bailar en el patio de la escuela, bailar en el polideportivo, bailar en el parque de atracciones y hacérselo con el mecánico de su barrio, por eso se compró un descapotable molón, pero en realidad lo que más le va a Danny, la Danny para sus amigos íntimos, son las furgonetas que te llevan a todas partes.

Sandy Olsson por su lado, liberada al fín de la presión heterosexual, le confiesa a sus amigas que ha tenido sueños eróticos con Rizzo, que es todo lo hombre y todo lo mujer que a ella le gustaría ser, y por eso está empezando a sentir unos celos desconsoladores cada vez que la ve besando a Kenickie, no sólo porque no es ella quien la besa sino porque es bien sabido que Kenickie besa fatal y eso… es una pena.

Danny, tras su confesión, coge el petate, cambia el descapotable por una furgo rollo hippie y emprende camino a Los Angeles para conocer personalmente a Roy Harold Fitzgerald, Jr. y dejar de soñarle tras ver sus pelis y acabar haciendo coreos cutres y con mucha pluma en el barrio latino, muy feliz.

Sandy, tras la fiesta de graduación, acaba consolada una vez más por su amiga Frenchy quien no soporta ver una lágrima sobre el rostro de su querida Sandy y termina por confesar que la ama, y que el nombre de Frenchy se lo pusieron en un campamento de Scouts cuando tenía 12 años porque se le daba muy, muy bien besar y otras cosas, que compartirá con ella en un futuro cercano.

Sandy y Frenchy se unen entonces en un profundo e intenso beso tornillo que hace que Sandy no vuelva a pensar en los besos perdidos de Rizzo nunca mas, entre las dos montan una peluquería y viven felices para siempre entre lacas y esmaltes de uñas.

FIN