5 jul 2019

El musicote del gym .-



¿Alguien me puede explicar por qué la sala de máquinas del gym se parece más a una pista de baile ibicenca, que a un lugar de culto al cuerpo, bienestar y salud?

Yo recuerdo que cuando empecé a ir al gimnasio, no había música, tampoco había mucha gente, porque claro, no se llevaba demasiado eso de ir a levantar pesas, y recuerdo que el monitor de sala y yo jugábamos al ajedrez entre una máquina y la siguiente.

Eso era en la facul hace unas dos décadas y media. Ahora que estamos en la era de la subnormalidad, es difícil encontrar un espacio así, en general, en cualquier parte, pero más allá de mi viejunez y falta de adaptación al medio, realmente considero que es un grave problema, para todas, el entrar en un lugar donde ni con cascos puedes obviar la música ambiental.

Si es que se puede considerar música ambiental a esa tralla de golpes de tierra desacompasados que ahora se considera música. Huxley avisó hace mucho de todo esto, pero en lugar de leerle más y tomar medidas, nos hemos quedado pilladas con Orwell y un programa de televisión.

Si la idea de que "la peña que va al gimnasio no tiene muchas luces" ya estaba bastante extendida, ahora os puedo asegurar que es cierta, porque es imposible pensar con semejante jaleo. Las sinapsis se descomponen al compás de música zumba o como se llame ahora. Se rompen las cadenas lógicas de pensamiento, os lo puedo asegurar.

Se rompen tanto, que se llegan a dar casos de bilocación.

Ahí van un par de ejemplos (basados en hechos reales).

DÍA UNO - BILOCACIÓN LUMBARES-HOMBROS:

Y así fue como una mañana, estando yo en la sala con apenas tres personas, termino el calentamiento, y voy para la máquina de lumbares, por empezar en algún sitio. Al incorporarme, veo que la máquina cercana, que es para hacer hombro y espalda, está libre pero con una toallita al lado en el suelo, así como tirada o no.

Según me dirijo hacia allá, un chaval se cruza conmigo directo a la máquina que acabo de dejar. Entonces le pregunto si esa toalla de la otra máquina es suya. A lo que él me contesta que sí, voy la recojo y se la acerco. ¿Y qué me dice?

¿Gracias tal vez? ¿Muy amable? 

No.

El caso es que va y me dice: "Es que estoy en las dos"

A lo que yo le miro y pienso, claro, estás en las dos máquinas a la vez pequeño Schrödinger.

Pero no se lo digo, porque ya no me puedo enfadar, le dejo la toallita de mierda en la máquina en la que está, mientras está en la otra máquina, y me subo a la zona de abdominales, porque total, acabo de empezar, y me queda mucha rutina por delante.


DÍA DOS - BILOCACIÓN PIERNAS-ESPALDA:

Estaba yo terminando mi rutina, me quedaba tan solo hacer un poquito de espalda en una máquina muy concreta, cuando termino la primera tanda y se me acerca un chico que me pregunta:

—¿Te quedan muchas?

—Tengo que hacer tres más y termino—le digo—Podemos ir cambiando si quieres.

A lo que responde:

—Es que estoy aquí y allí—señalando una máquina de piernas que queda un poco más allá.

Le miro la ropa de falso pijales que me lleva y pienso, claro, es normal que no quiera esperar, como debe de estar acostumbrado a soñar con tener su propio gimnasio, le da cosica compartir.

Si me pudiera enfadar le hubiera dicho algo así como: "Te entiendo, yo también tuve mi propio gimnasio solo para mi", pero como no me puedo enfadar, no lo hice, pasé de hacer más máquinas y me fui al remo, que desestresa más y eso. 

Total, que entre la bilocación del personal, la música a un volumen desconsiderado, y el hecho de que tras diez años pidiendo que por favor pongan marcas en el techo de la piscina para saber donde termina la brazada cuando vas de espaldas, bajé a nadar el otro día y que si quieres flores, pues me he dado de baja del puto gimnasio demente en el que estaba, porque hace mucho calor, no me puedo enfadar y este lugar me provoca demasiadas  frustraciones. 

Mejor me quedo en casa a hacer alguna tabla de esas de sudar mucho por tu cuenta, y si vuelvo en septiembre buscaré un gimnasio, más pequeño, más amable y con menos gente sorda por voluntad.

El tema de la música, sé que es compartido, en general, con personas de mi edad.

La bilocación creo que se puede dar, seguro en más de un lugar. ¿No os ha pasado?

Podemos abarcarlo todo, TO-DO, así, con toooodo el morro del universo en nuestro jeto cuántico.

Todo el universo para nosotras solas.
Muy, muy solas, pero con un móvil en la mano.

¿No es fascinante?

Sed felices.

No hay comentarios: