Llegados a este punto confieso:
Que te miro y eres tú, de donde quiero beber.
Y te muestras y me pienso
si será aquí,
donde reposará mi cabeza.
Toda,
mi cabeza.
Y además informo:
Me pesan más las ideas que los actos.
Y aunque te sienta a sorbos,
sé que
en cuanto me acerque,
te beberé
a tragos largos.
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