El enemigo íntimo número uno .-

Las fotos son una cosa bastante comprometedoras para la mente humana, como nuestro reflejo en el espejo, como un vídeo o escucharnos la voz en una grabación. 

Y somos, gracias a los dioses, el peor juez de nosotros mismos. Bueno, gracias a los dioses, a la revista VOGUE y a otra serie de absurdos estéticos con los que nos emborronan la cabeza. 

Últimamente escucho a mis maravillosas amigas una auto crítica que nada tiene que ver con la realidad, ni con la mía, ni con la de quienes tienen el privilegio de compartir la vida con ellas. 

¿Por qué tanto machaque gratuito?...Me voy a hacer esta pregunta también porque me pasa lo mismo...... 

El por qué se llama tele de pequeña, se llama ídolos de adolescente, se llama corrupción mental en la infancia, que acarreamos durante el resto de nuestra vida y sólo superamos un día con los estrógenos a tope.

El por qué es que siguen vendiéndonos...y lo que es peor seguimos comprando revistas de mierda en las que lo que se ve ( y doy fe ) está retocado hasta crear imágenes dignas del arte gótico, de seres inexistentes con cuerpos irreales con los que nos comparamos una y otra y otra vez al mirar el nuestro. 

Compararse es malo, porque sí somos todos lo mismo, pero no somos todos iguales así que ¿para qué compararse?. 

Y criticarse no está mal, en su justa medida, como elemento de control de un ego que sin crítica personal puede terminar llorando ante las cámaras, excusándose en una enfermedad para dejar un cargo del que seguramente te han echado dejándote sin ninguna Esperanza. 

Pero no hay que olvidar que somos todos perfectos exactamente así, tal y como somos, podemos mejorar cada día un poco, de eso se trata, pero nada de flagelarse cuando el reflejo del espejo esté combado.