23 abr 2023

Mujer que todo lo tiraba.-

Había una vez una mujer que sólo sabía tirar.

Al conocerla pensabas en su inmensa generosidad, 

pero en realidad tan solo daba lo que ella no quería cuidar.

Tiraba tantas cosas, tantas, que se quedaba agotada

y de tanto que tiraba agotaba a los demás.

Una vez me la encontré y no supe comprender qué le pasaba,

porque no existía en el mundo nada que le gustara,

y si le gustaba algo, o a alguien, se sentía amenazada.

Y es que el amor que le daban no lo quería perder, pues ya lo perdió una vez y le dolió una pasada. 

Le di un abrazó muy grande y pensó que la aplastaba.

Le di un montón de besos y ella sintió que se ahogaba.

Le escribí mil dulces versos y no le supieron a nada.

Pues en su garanta se hallaba instalado aún un llanto antigüo, que a penas nunca soltaba, y eso, comprenderéis, sólo trae cosas amargas. 

Del amor que le ofrecí, no se quedó nunca nada.

Se lo metió por la nariz a ver si la entusiasmaba

pero ese efecto es fútil

como todo a lo que estaba acostumbrada.

Normal que viviendo así la vida no la llenara.

Las cosas que creaba, en seguida las rompía o regalaba, y después se quejaba mucho, constantemente amargada por no tener suficiente, por no tener nunca nada.

Toda una contradicción de muy difícil gestión. 

- ¿Es que nadie me va a querer?- me preguntó ella una vez.

- Yo te querré para siempre - le prometí convencida, pero eso no le importó. Hueco,  seguro, lo oiría. 

- Yo siempre estaré aquí para ayudarte a seguir- insistí. 

Tampoco le importó mucho por mucho bueno que di.

Pues todo lo que había tenido se marchitaba históricamente, y aunque llegué yo después, esa es la vida que para ella era evidente.

-Te secaré - me advirtió.

Yo no la supe entender. 

-Te cansaré - me contaba.

Yo no la quise creer, pues el amor que tuvimos no podía tener fin.

Y sin embargó así fue.

Lo secó, lo ensució y lo tiró todo de una sola pasada.

Pues tirar sí se le daba mejor de lo que ella pensaba.

Y a mí me dejó aquí tirada.

Seca, triste y angustiada.

Atesorando lo bonito que vivimos, cuidando sola ese amor que una vez compartimos. 

Vaya plan, vaya plan.

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