Me enamoré de un delfín.
¿Sabes cómo fue?
Yo tampoco lo sé muy bien.
Sólo recuerdo sus ojos
esa medio sonrisa constante
y una luz.
Algo así como
que se te encoja el corazón.
A mí se me encoje el corazón cuando aparece.
Se me paraliza el pulso al escucharla.
Y solo puedo sonreír al pensarla.
Supongo que por eso sé que me enamoré.
Lo que no sabía hasta ahora era que es un delfín.
La vida
Siempre sorprendente
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