Los peces hablan y las conversaciones de besugos también existen.
- Tengo una pregunta existencial.
- Aha. Dime, dime. A ver.
- ¿Eres rematadamente idiota o es que te gusto un pelín?.
- Aha. Dime, dime. A ver.
- ¿Eres rematadamente idiota o es que te gusto un pelín?.
- Me gustas algo más que un pelín, sí.
- Ya...
Y ¿se puede saber qué ves en mí?.
- Un montón de miedos.
- Así que sí.
Eres rematadamente idiota.
(Silencio pensativo de pez)
- Ostras!!!
Me llamas idiota porque me gustan tus detalles.
Jajaja qué bueno!!!
- ¿Mis detalles?.
No he tenido ningún detalle contigo que yo recuerde.
- ¿Mis detalles?.
No he tenido ningún detalle contigo que yo recuerde.
(pensamiento mágico de pez)
- ¿Quieres salir con alguien idiota o eso también te da miedo?
- No me lo había planteado. Dame un poco de tiempo.
- Mucho.
Tiempo tienes todo el tiempo que puedas imaginar.
Tiempo tienes todo el tiempo que puedas imaginar.
¿Puedes imaginar?
Y una lubina entró en el horno.
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