Te quiero ver con los ojos pequeños.
Esos, sí, los de sonreír.
Justo aquí,
a mi lado, al despertar.
Y que se tornen inmensos,
como un amanecer.
Repletos de cosas buenas posibles,
como todo lo que empieza.
Así me voy desperezando.
Con toda la calma y la dulzura de la mañana.
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