Como en los 20 como en los 30

Las últimas reflexiones que corren a mi alrededor no paran de comentar que estamos como enlos treinta a nivel nacional y como en los veinte a nivel mundial.

Cierto, creamos, nos comunicamos y vivimos como si el estado de "bien estar" fuese eterno y salimos y nos drogamos como en los veinte e imaginamos cosas increibles irrealizables si no es a costa de otros, como en los veinte, y aunque la bolsa caiga y caiga en picado, a nosotros sólo nos aturde que una niña de pelo rubio se halla perdido, mientras a nuestro alrededor perdemos amigos, pareja y trabajo, perdemos nuestro tiempo y nuestras esperanzas pero sólo importa vivir como en los felices años 20.

Por otro lado nos preocupamos de si nos llamamos Josep, Josue o Pepe. Sobre si un trozo de tela debe o no presidir los edificios consistoriales pero no nos importa lo que ocurre dentro del consistorio, ni de lo mucho que nos roban en nombre de una bandera, ni si debemos salir a la calle a reivindicar nuestros derechos y olvidamos que seamos Josep, Josue o Pepe llevamos casi diez años cobrando la misma miseria y nuestro nombre no le importa a nadie puesto que sólo somos meros productos. Claro que hay productos que al llamarse Pepe y tener traje de chaqueta se creen con derecho sobre otros productos, incluso olvidan que son productos, pero eso es parte de este conglomerado llamado país en el que vivo y no cambiará ni cambió desde antes mucho antes que los años treinta.

Y creo que lo que ocurre no es que estemos volviendo a los treinta o a los veinte, lo cierto es que nada cambió en todo este tiempo aunque nos educaron con la fantasía y la imaginación espectante de cosas nuevas y nos hicieron creer que toda guerra había pasado, que la desigualdad estaba erradicada y que el trabajo te hará libre.

Cuando cierto es desde el principio que el trabajo sólo te hace esclavo, no somos iguales ni lo seremos nunca y somos un animal de guerra. Aquí, en los 20, en los 30 y en los 60. Era de acuario que sólo llega con la música compuesta y las drogas necesarias para creer que ya todo está mejor.