Un buen día…
Bueno, tal vez no…
Dejémoslo en un día cualquiera, un día que no tenía nada de diferente a los demás, un día sin saber cómo, ni por qué, llegó a la aldea un nuevo personaje al que todos saludaron al entrar…pero él no escuchaba sólo bailaba dando vueltas sin parar.
El personaje no parecía tener orejas…pero algunos aseguraban que sí tenía, al menos tenía oídos puesto que de ellos colgaban dos cables, uno a cada lado de la cabeza, y estos estaban a su vez conectados con un extraño aparato que colgaba de su brazo derecho.
El personaje al que decidieron nombrar como el sordo bailarín, paseaba por las calles balbuceando lo que parecían tonos de alguna extraña canción, sonreía a todos pero no les veía realmente, saludaba a todos pero no hablaba con nadie y paseaba por las calles, pero parecía que no pertenecía a ningún lugar.
Bueno, tal vez no…
Dejémoslo en un día cualquiera, un día que no tenía nada de diferente a los demás, un día sin saber cómo, ni por qué, llegó a la aldea un nuevo personaje al que todos saludaron al entrar…pero él no escuchaba sólo bailaba dando vueltas sin parar.
El personaje no parecía tener orejas…pero algunos aseguraban que sí tenía, al menos tenía oídos puesto que de ellos colgaban dos cables, uno a cada lado de la cabeza, y estos estaban a su vez conectados con un extraño aparato que colgaba de su brazo derecho.
El personaje al que decidieron nombrar como el sordo bailarín, paseaba por las calles balbuceando lo que parecían tonos de alguna extraña canción, sonreía a todos pero no les veía realmente, saludaba a todos pero no hablaba con nadie y paseaba por las calles, pero parecía que no pertenecía a ningún lugar.
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