Me escribe un amigo, el único que sentí como tal allí en el otro mediterraneo, y me dice que se siente como en un bucle, de ahí pasa a otro bucle pero en su vidda no pasa nada nuevo, está perdido, vacío.
Yo creo que a nosotros a los que no nos queda otra que pensar para que la soledad no se nos coma las neuronas, lo que nos pasa es que entramos en agujeros de gusano, un buen día sin saber bien cómo todo parece pararse, nuestra buena vida desaparece y entramos en este agujero, casi en la cuarta dimensión, fuera de todo sin poder salir.
Sólo nos queda esperar y llegar al otro extremo para volver a tomar contacto con la vida que se nos pierde entre agujeros.
Tomándolo así no caben agobios, ni miedos, ni dudas, es sólo aprender a reconocer cuando entramos en un agujero intra-universo, y no dejarse invadir por el vacio existente porque en un momento dado, sin saber muy bien por qué, llegaremos al otro extremo para disfrutar de nuevo de la vida.
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