26 mar 2018

La cosmética .-




Esos anuncios de ácido hialurónico que te prometen el oro y el moro: Tersará tu piel, te quitará la artrosis y regenerará tus labios vaginales también (no se sabe si los internos o los externos) digo yo que serán los internos.

Anuncios en los que salen chicas como diez o quince años más jóvenes que yo y con más blur de photoshop que una foto de Madonna, pues no me identifica.

La cosmética es como el limpiador de hogar de turno, promete quitarlo todo y dejarlo todo como el primer día y eso es im-po-si-ble.

El otro día pasé por una farmacia y leí un cartel que preguntaba: "¿Mirada cansada?". La solución que daban era utilizar un contorno de ojos. Bueno, imagina si vas a una farmacia y te dicen: ¿Tienes ojos cansados?. Sí. Pues descansa más.
Que es lo suyo digo yo  viniendo de un negocio que supuestamente cuida de nuestra salud.

Los anuncios de colágenos también son la pera. ¿Tienes arrugas?. Esto te hará parecer más joven.
Yo no quiero parecer más joven. No quiero ser joven otra vez, tan solo quiero que estos surcos de la frente no me lleguen a la profundidad del cráneo. 

A mi me gustan las arrugas, líneas de expresión como lo llaman esas personas a las que les asusta envejecer. Siempre me han fascinado las historias que están atrapadas en las arrugas. ¿Por qué ese empeño en hacerlas desaparecer?.

¿Acaso os molaría llegar a los 80 años como Jane Fonda, que parece que no ha hecho aún Barbarella, ni promovido el tema ambiental en los noventa, ni nada en su vida más que hacerse momia en vida?. Y eso ha sido lo más destacable este año en la puñetera gala de los Oscars, en serio. Me muero un poco.

Maquillajes, cremas, hidratantes, limpiezas, torturas variadas para resplandecer artificialmente.

Eso no debería de ser así.

La belleza está en la piel tal y como es, perfecta en su degeneración.

A mi no me tiene que decir nadie cómo tengo que aparentar para ser más atractiva. Es más, me importa un churro ser atractiva para según qué personas y sí, es feo y absurdo y triste ver cómo se nos siguen imponiendo cánones de belleza que nada tienen que ver con lo humano.

Liberémonos de una puñetera vez. 

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