Hoy he querido abandonarme en los brazos de Morfeo que hace tanto marchó.
Es tan fácil no levantarse cuando sabes que simplemente no hay nada que hacer. Pero no, he cruzado la ciudad, he respirado el frío del otoño que añoraba tanto, he reído y he escuchado verdades sobre mi pasado que me negaba a aceptar.
Es duro aceptar que nos equivocamos, más cuando con ello perdemos tanto, tanto que no nos queda más que el vacío de una historia por empezar.
Hoy un día más no me he dejado caer, eso sí...tomo las ultimas dosis de soma, esperando que Morfeo me lleve hacia un buen comienzo esta noche.
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